Calle de los recuerdos: En los charcos de lluvia

En los charcos de lluvia 

Muchas cosas 
se mueven de lugar
con las partidas.

¿Y los recuerdos?
¿Quedan de un solo lado,
viajan a algún lugar, se pierden?
Alas de mariposa.

¿No habrá un “siempre”, o un “quizás”?
Cuando sólo quedo yo
¿nos queda ese honor?

Hay cajas en el alma
donde los voy guardando
prolijos, con cuidado
como los pañuelos y carpetas
en el placard de mamá:
…el momento en que aprendí
a flotar en el mar, con papá,
cuentos antes de dormir,
viajes, agendas, sabanitas, flores
toda una vida de anécdotas
y recetas, con mamá.
Narcisos y tulipanes.

Las escondidas en la infancia,
casi ahogarnos en la playa, o rodar por un techo
sin que nadie supiera, 
las bombitas de carnaval,
charlas de amigas, caracoles en la arena, 
el aire de primavera. Libélulas.

Un beso, palabras, una canción en el piano.
Estrellas.

Respiro. Los abrazo, están
cerca del corazón, envueltos como regalos.
Los vuelvo a guardar.

Pero, ¿y si un día, sin querer, me olvido?

Esos fragmentos de tiempo,
puñados nuestros
¿volarán como pétalos 
hasta una fuente?
¿se los llevarán los pájaros?
Semillas.

¿Acaso podría buscarlos?
o quedarán en un papel
hasta que alguien los encuentre.
¿Son como una sombra? 
¿o como esos paisajes
que solo viven 
en los charcos de lluvia?